29.3.06

i - sobre cómo es el silencio sobre el silencio

Por ahora sólo me queda esconderme. Acá, sí, en la pantallita, en el mismo lugar donde te escondés vos, donde nos escondemos todos, bah: en las pantallitas. Bueno, quizá no esconderme, sino otra cosa. Retirarme, exiliarme. ¿Culpa? No, no te equivoques. Ya te dije que en eso no nos vamos a poner de acuerdo. Respondemos a diferentes dioses, verás. No, no es que yo no tenga dios, ya te dije: el mío se llama diferente. Por un tiempo (un par de años) se llamó como vos. Pero parece que los dioses también se mueren. Lo dijo Nietzsche, no lo digo yo. Ya sé que fue un error, pero no me digas que no te gustó. Ser mi dios, digo. Ahora sos una pantallita, otra vez. Sos todo silencio: trazo ausente dentro de la voz ausente. Nunca nos dijimos demasiado, supongo que nos iremos acostumbrando.